La apuesta brasileña por el desarrollo sustentable 15/12/2014

El Mercurio: Link da notícia

(Tamara Avetikian Bosaans – 15 Dezembro 2014)

 

Productores y exportadores buscan mejores rendimientos y cuidado del medio ambiente

Apex-Brasil, la agencia que promociona las exportaciones y las inversiones, ayuda a que los productores desarrollen atributos de innovación y sostenibilidad para darle valor agregado a sus mercancías.

No es café ecológico; es mucho más: es café sustentable”, afirma Jefferson Adorno. En su polera se lee “El planeta es nuestro. Presérvelo”. Jefferson no es un ecologista fanático, sino un emprendedor brasileño entusiasmado de cuidar la naturaleza al producir café cumpliendo reglas de protección ambiental y responsabilidad social. El desarrollo sustentable es clave en Brasil, donde están cada día más conscientes de que el mundo observa cómo se manejan los recursos naturales, después de décadas de crítica por la tala de árboles y la deforestación del Amazonas.

Adorno está a cargo del campo de sus padres, Aldo y Marlene, quienes llegaron hace unos años a cultivar una tierra degradada por mala gestión. Situada a 190 km de Sao Paulo, en la región montañosa de Mantiqueira, la hacienda Retiro Santo Antonio, de 128 hectáreas, produce al año 900 bolsas de 60 kilos de buen café, certificado por instituciones internacionales que verifican el cumplimiento de las normas de sustentabilidad.

Con un manejo esmerado han recuperado la productividad de la tierra. El cafetal ocupa 33 hectáreas, otro tanto es un área de preservación, con especies nativas y cursos de agua vigilados para evitar la erosión.

La sustentabilidad tiene que ver no solo con lo ecológico o lo orgánico; es un concepto integral de la actividad económica, que incluye las acciones comunitarias, los derechos sociales de los trabajadores, erradicando el trabajo infantil, por ejemplo; la preservación y recuperación ambiental, y el manejo de residuos industriales y domésticos.

Los Adorno reciben apoyo de Apex-Brasil, la agencia de promoción de exportaciones. Ellos son uno de los doce emprendedores seleccionados para participar en el proyecto Innovación y Sustentabilidad en Cadenas de Valor Globales, que realiza Apex junto a la Fundación Getulio Vargas. Por 9 meses se les capacita para mejorar sus modelos de negocios, reciben herramientas de gestión financiera y marketing, para dar un salto hacia la internacionalización.

“Son empresas que tienen un fuerte compromiso con la sustentabilidad y la innovación. Muchas de ellas, incluso, desarrollan tecnologías enteramente nuevas, que pueden ser excelentes soluciones ambientales para diversos países”, dice Adriana Rodrigues, gerente de Sustentabilidad de Apex-Brasil.

Al final del adiestramiento participaron en un seminario y una rueda de negocios en Sao Paulo, donde dieron a conocer su experiencia y pudieron hacer transacciones con empresas brasileñas y extranjeras.

Ahí estaban productores de cosméticos naturales; chocolates; vasos y bandejas desechables fabricados con harina de yuca; artesanos, y sofisticadas empresas, como Terpenoil, que produce químicos no tóxicos para limpieza industrial con un elemento extraído de la naranja, y Brasil Ozônio, que usa gas de ozono para la esterilización y la desinfección de aguas.

“Tenemos un patrimonio fundamental para el país, que no debemos menoscabar. Es nuestro y presta servicio al mundo”, señala el canciller Luiz Alberto Figueiredo, quien agrega que desde empresarios a agricultores, lo tienen como misión. Desde la cumbre Río+20, el sentido de “misión se ha reforzado”, dice el ministro, quien participó en la organización de ese evento.

 

Industria cosmética

Los aceites naturales de árboles nativos brasileños son muy apetecidos en la industria cosmética. En Atina Ativos Naturais, una empresa mediana instalada en Minas Gerais, se elabora el bisabolol, un aceite esencial obtenido de la candeia, un árbol que crece en forma natural en la zona, formando bosques apretados y luciendo una llamativa flor rosada. En Atina se cumplen rigurosamente las normas de sustentabilidad en toda la cadena de suministros, dice su director ejecutivo, Eduardo Roxo.

 

Un país más verde

Para cumplir la ambiciosa reducción de emisiones que Brasil se impuso para 2020 —36 a 39% menos que en 2005—, el gobierno ha definido un plan de mitigaciones en el sector energético, en la agricultura de bajo carbono y en la siderurgia.

Clave es el combate a la deforestación en el Amazonas y en el Cerrado, tierras degradadas en el centro del país. La tala legal cayó este año 18% con respecto a 2013 y 75,2% comparado a la media entre 1996 y 2005, que es la referencia para la meta de 2020, dice Carlos Klink, del Ministerio de Medio Ambiente.

El control de emisiones en 2010 (comparadas con 1995) es el doble de las reducciones hechas por el conjunto de los países desarrollados en el periodo, añade Klink.